“INCENDIES” o “LA HISTORIA DE LA MUJER QUE CANTA”. Premio Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Año 2011.
Hacía muchos años que no me quedaba más de diez minutos sentado frente a la pantalla después de acabada la película…Impactado. Perdido…En silencio absoluto…Sin saber muy bien como reconectarme a la vida cotidiana ni qué hacer una vez abandonada la butaca…Una película dura. Muy dura…De hecho no recuerdo ahora mismo una película que me haya dejado tan conmovido… Tan indefenso ante el saberme ser humano con todas las paradojas y contradicciones que ello conlleva. Tan revuelto por dentro…
Porque esta película habla de esos dos extremos desgraciadamente indisociables; de nuestra capacidad antagónica de lo mejor y de lo peor…Somos todo lo hermoso y maravilloso y todo lo horrible y brutal a la vez… Podemos ser bellísimos y podemos convertirnos en algo monstruoso e inimaginable…Todo a la vez. Por el mismo precio… Da miedo…Da muchísimo miedo…

INCENDIES profundiza, a través del conflicto PALESTINO-ISRAELÍ, en esa dicotomía trágica del ser humano de la que parece que estamos condenados a no poder escapar jamás por muchos milenios de evolución de la especie que transcurran…De la que estamos condenados a no poder escapar jamás, tal y como estamos condenados a no poder escapar de nosotros mismos…
Recurrir al ya tan manoseado, manipulado y desgastado conflicto entre palestinos e israelíes podría dar lugar a pensar, a priori, en otra película más, que depende por quién esté dirigida, o más aún ,por quien sea producida y pagada, hace defensa y propaganda de una visión o de otra, de un interés o de otro; de una bandera o de otra…
Sin embargo INCENDIES es otra cosa. Trasciende mucho más allá de todo ello. Es mucho más. Supera con creces toda esa simpleza de la ideología fácil y ahonda mucho más allá…Ahonda en el drama del odio y de la ira, y de sus consecuencias, pero lo hace con tanta inteligencia, tanta sensibilidad y tanta sana intención, que logra, a pesar de la dificultad que conllevaría el tratar de ser objetivo en ciertas cuestiones, no entrar en absolutamente ningún momento en matices políticos o propagandísticos de ninguno de ambos bandos.
Un esfuerzo titánico para lograr dotar al film de cierta universalidad a la hora de abordar la temática de las consecuencias de la violencia sin asociarla a ninguna bandera o ninguna causa concreta. INCENDIES no habla de ISRAEL y PALESTINA. Habla de mucho más que todo eso…Habla del ser humano. Habla de la crueldad. Habla del horror y de sus consecuencias…Mucho más allá de un lugar, de un conflicto o de una idea política o religiosa concreta…

Y lo hace sin escatimar en crudeza. Porque la realidad y la historia de la humanidad es cruda igualmente. Lo ha sido, lo es y lo será para nuestra desgracia. Y porque aunque sea duro enfrentarse a ella y mirarnos en un espejo donde no nos va a gustar lo que vamos a ver, este es un acto totalmente necesario para que nuestra conciencia se despierte y para aprender. Sí… Quizás con un poco de suerte, para aprender…Aprender del horror…
La historia es trágica y muy dura. Dos hermanos gemelos, criados en Europa (concretamente en Francia) Ella, Jan, una profesora adjunta de matemáticas en la universidad y él, Simon, funcionario. Buscan años después y tras el fallecimiento de su madre, a su padre y un hermano, desconocidos ambos, en tierras árabe-israelíes.

Allí habrán de investigar y de enfrentarse a su pasado familiar. Al pasado de su madre. Un pasado lleno de amor, pero también lleno de odio y de sinrazón… Con un final estremecedor… La violencia mostrada desde el componente humano más básico y la unidad social más simple. La familia…
Si se quiere, y depende del día que se tenga, uno se puede ir a la cama hecho polvo y con la mirada perdida, pensativo…Con el alma por lo pies…
O podéis quedaros con lo que yo me quedo. Con eso a lo que yo me aferro con uñas y dientes a sabiendas de lo pueril que pueda llegar a ser… Llamadme ingenuo… Llamadme iluso… Pero dentro del drama yo me quedo con la ESPERANZA…
Con esa convicción profunda de la que no me quiero desprender jamás por muy ilusa que pueda ser… Con ese valor infinito y poderoso de la ESPERANZA…
Con esa visión de que incluso en medio del horror, de la crueldad y de la brutalidad, puede prevalecer indestructible ese concepto universal e inherente al ser humano (tan universal e inherente como el odio, para nuestra desgracia), llamado AMOR…
Aunque nos empeñemos en mancillarlo y corromperlo…
Con la ESPERANZA y con el AMOR…
No dejen de verla… Y no dejen que el monstruo les venza. Háganme el favor…Luchen contra él con todas sus fuerzas.
Dedicado a la mujer. A la mujer que canta…