CARTA ABIERTA A LA NAVIDAD: ¿PURA HIPOCRESÍA…?
Pues sí; yo también estoy de acuerdo en que la NAVIDAD es falsedad e hipocresía…
NAVIDAD…Esas fechas en las que, como por arte de magia, todos nos deseamos lo mejor y nos escribimos dedicatorias graciosas, mails a corazón abierto, posts emotivos en el facebook, y algún clásico osado hasta se marca un lujazo y escribe alguna postal de puño y letra, de esas que llegan al buzón de hojalata de toda la vida (una pena verlos siempre tan vacíos, ¿no os parece?. Dónde quedaron aquellas cartas manuscritas con un sello y un remite…Ya solo llegan recibos que pagar, alguna multa de tráfico y publicidad engañosa…Una pena ¿eh, capitana?) CUÁNTA FALSEDAD, ¿NO?
NAVIDAD…Esas fechas en las que, con mucha suerte, seremos todos, o al

menos lo pareceremos, mejores personas. Más afectivos, más cercanos, más cariñosos…Fechas en las que miraremos más allá del cuello de nuestras propias camisas y veremos algo más allá; pensaremos algo más en el prójimo, en la familia y en los amigos; en los seres queridos, en los ausentes…Incluso algunos, sacarán a la luz cierta sensibilidad hacia los desvalidos o menos agraciados, organizando maratones para recaudar fondos para enfermedades varias, galas benéficas destinadas a ONGs o donaciones altruistas a alguna institución… CUÁNTA FALSEDAD ¿NO?
NAVIDAD…Cenas copiosas, exaltaciones de la amistad venidas a más por algún que otro exceso de alcohol… NAVIDAD…Regalos para todos y miseria para muchos… FALSEDAD Y MÁS FALSEDAD.
¿O…QUIZÁS NO?
Porque, llamadme iluso o incongruente, pero YO NO ESTOY DE ACUERDO.
YO SÍ QUE CREO EN LA NAVIDAD…
Yo sí que creo en que, algún día, un carbonero rechoncho bajará del monte con su zurrón a dejarme unos regalos debajo del árbol… Y que se beberá el vaso de chocolate caliente que le dejo siempre en la cocina… Yo si que creo (al menos por unos días) en la gente…
Más que nada porque la alternativa sería lanzarme desde el Puente Colgante… 😉
No creo que sea todo mentira…No puede ser mentira…Me resisto a creer que sea todo una gran falacia…
Por eso benditas navidades sin las cuales, muchos y muchas seríamos 365 días al año los mismos indeseables, egoístas y autistas. Fríos y calculadores; ajenos al resto…
Porque sí. Seguramente la gran mayoría, volveremos, el día 2 de Enero, a preocuparnos solo de nuestros problemas, de pagar nuestras hipotecas, de mantener nuestros puestos de trabajo o de encontrar uno aquel que no lo tenga; de nuestros proyectos, de nuestras casas, de los cuellos de nuestras camisas…Que ya es bastante…Todo muy lícito y muy lógico. Comprensible. Mucho más aún en estos tiempos de incertidumbre en lo económico y en lo humano… Bastante tenemos con lo que tenemos… Pero no basta…
Por eso creo en la NAVIDAD. En que son necesarios como el comer estos días que casi nos obliguen a todos y todas, bien por conciencia verdadera, bien por moda y costumbre, bien por seguir la corriente y salir en la foto, a sacar lo mejor de nosotros y nosotras mismos y quizás con mucha suerte a ser un poco mejores personas. Más solidarios, más sinceros…Regalando más sonrisas, más abrazos, o más cariño… Así que fuere por lo que fuere, BENDITA NAVIDAD…AÚN CON TODO…
Por eso prefiero quedarme con eso…Con la Navidad de las castañas

asadas, de las bufandas, de las galas benéficas, de las buenas conciencias, del Mercado Santo Tomás, de la Lotería del Niño, del cariño, de los muñecos de nieve y los árboles de navidad, de las luces de colores; de los regalos y las sonrisas, de los reencuentros con familia y amigos. De los mails y las postales en los buzones de hojalata…
Porque quizás me haya excedido… Y la navidad no sea pura falsedad sino solo un verdadero paréntesis de bondad en las conciencias…Un lapsus colectivo auténtico y sincero… Un ramalazo de humanidad…
Y sí. Quizás ese rumor que circula acerca de la inexistencia del carbonero regordete y los Reyes de Oriente, sea solo eso; un rumor; un mero bulo vil y ruin… Para quitarnos la ilusión…
Por eso yo sí creo en las NAVIDADES. En esas fechas donde uno vuelve a ser un poco más niño otra vez…Y donde por un instante uno vuelve a creer que una figura mágica trepará por los balcones dejando regalos… Y que, quién sabe…Que quizás un siglo de estos, con un poco de suerte, ocurra que ese día 2 de Enero, como por arte de magia, algo de estas fechas haya calado verdadera y profundamente dentro de cada uno de nosotros…Y que no sea solo un espejismo de dudosa autenticidad…Y que sigamos mirando todos y todas un poco más allá… Y que el carbonero trepe por los balcones todos los días del año, bebiéndose a escondidas ese chocolate que yo le dejo en la cocina…Dejándonos bajo el árbol cientos y cientos de toneladas de conciencia y humanidad…