No solo en Angrois y en Santiago. Estos días van a ser duros. Muy duros. En las redacciones de los periódicos y en los medios, donde vivimos expuestos a un flujo constante de nuevos datos e imágenes de la tragedia, la intensidad del dolor también será grande y profunda estos días. Este accidente me toca como currante del medio escrito, pero sobre todo en lo personal por varios motivos.
Primera y evidentemente como ser humano. Consternado y ‘tocado’ por la tragedia y por lo duro que es recordar de esta forma tan cruel

(por si se nos olvidaba) lo frágil que es la vida (aun a sabiendas) y lo fácil que es perderla así…De cuajo.
Después como peregrino. Peregrino que ha tomado alguna vez un tren en esa misma estación de Santiago a la que se dirigía el siniestrado y que ha pasado también por esa misma curva, hoy maldita. La última vez con mi madre. Estremece pensarlo… Y por supuesto como gallego. Porque llevo la mitad de la sangre de mis venas de esa tierra a la que adoro y a la que hoy, una vez más, quiero mostrar toda mi admiración. Mi más absoluta condolencia pero también mi más profunda admiración.
Quiero felicitar a GALICIA en el día de su comunidad porque, aunque de hoy en adelante este será un día marcado para siempre por el luto, por el dolor y por el recuerdo del drama vivido en esos vagones y esas vías de tren, anoche volvieron a demostrar de qué pasta está hecho el pueblo gallego. Cuando bajaron de sus casas a socorrer a los heridos sin pensar en sus propias vidas ni en los riesgos que asumían; buscando desesperadamente piedras para romper los cristales de las ventanas y poder liberar a los atrapados; cogiendo las mantas de sus propias viviendas para cubrir los cuerpos y arropar a los heridos; transportando en sus propios vehículos a las víctimas a los hospitales; colapsando los servicios de donación de sangre… Dentro de una de las catástrofes más grandes de la historia ferroviaria española y aun con toda la pérdida irreparable de vidas humanas y el dolor inconsolable de los familiares, ha vuelto a emerger un ejemplo de solidaridad encomiable del pueblo gallego.
Desde la distancia y como ser humano, GRACIAS. GRACIAS POR EL CORAJE Y EL EJEMPLO. Y MUCHO ÁNIMO Y FUERZA PARA ESTOS DÍAS DUROS Y DE DUELO QUE VIENEN. UN ENORME Y CÁLIDO ABRAZO DE CORAZÓN A TODOS LOS FAMILIARES Y AFECTADOS Y MIS CONDOLENCIAS. DESDE BILBAO. EN LA DISTANCIA. PERO CON SANTIAGO Y CON GALICIA MUY PRESENTES EN LAS ENTRAÑAS.