No creo en más infierno que tu ausencia,
paraíso sin ti yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia
porque en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo…
ANTONIO VEGA. “A trabajos forzados”
La letra de esta canción del difunto cantautor Antonio Vega pertenece a un poema de Antonio Gala. A mí personalmente se me ponen los pelos de punta cada vez escucho su voz. Aunque esta ocasión (porque en este mismo instante mientras escribo la estoy escuchando) sea la vez diez mil…

Y es que hay canciones que construyen y acompañan casi sin darnos cuenta la historia de nuestras vidas. Nuestra banda sonora personal. “A trabajos forzados” es ya por derecho propio un pedacito de la mía. Tanto es así que además quise incluirla como entradilla de un poema del segundo libro que publiqué.
Antonio Vega, con ese timbre de voz tan suyo, tan desde las entrañas, tan desde su, probablemente no elegida, lánguida melancolía; con su sensibilidad al cantar… Antonio fue con “La chica de ayer” o con “El sitio de mi recreo” inspiración para componer, para escribir, para amar, para SENTIR… Él y tantos otros no murieron porque nos dejaron su VOZ y su música ya inmortal para siempre. Y como él tantos otros. Solo continuaron viaje a otro lugar. Y hoy vuelve, una vez más a ponerme la banda sonora de este ratito aquí en Cuenca. Mientras escribo estas líneas y mientras os leo de reojo en el facebook desde la zona wifi del hotel.
Pero podría hablar de cientos de canciones más. Como todos vosotros si os detenéis a pensarlo un segundo. Porque a mí por ejemplo, Michael Bolton y su “When a man loves a woman” me recuerda las fiestas en la playa de Laredo, aquel verano inolvidable, con trece años, cuando pinchábamos en el casette (a posta, claro) “los lentos” y yo me abrazaba a la que fuera mi primer amor, bajo aquellas estrellas que yo sentía morirse de envidia. Como si el mundo fuera a acabarse al segundo siguiente…
O aquel “The river” de Bruce Springsteen, o Laura Pausini y su “Se

fue” (el cilicio es un juego de niños en comparación), o El último de la Fila, Al vayven que marcas caprichoso amor, a tu calor me arrimo, que me acompañaron también muy a mi pesar en ese primer desamor, al que tratas desesperadamente de buscar explicación sin lograrlo (porque uno entiende con los años, aunque le cueste, que en el amor no siempre tiene todo explicación…)
Sabina me recuerda mis amigos de toda la vida. Canallas hasta el fín 😉
Modestia Aparte, “Cosas de la edad”, me recuerda las primeras escapadas sanamente golfas de la adolescencia, a las primeras borracheras entrañables de exaltación de la amistad con la cuadrilla, cuando creíamos que éramos los reyes del mundo y que todos nuestros sueños nos esperaban ahí, a la vuelta de la esquina. Sin demasiadas preocupaciones. Fácil…
Rosana y su “Sonríe” me recuerda mucho a Fátima, la niña saharaui que un verano de hace diez años se convirtió en parte de la familia y en mi hermana exiliada…Pena la mía…
Manolo García me recuerda cierto verano con los amigos cogiendo percebes en las calas de la preciosa Sonabia (Cantabria) y cocinando posterior paella con los mismos , Tontxu “Somos de colores” me recuerda a Ordesa y el Monte Perdido, La Quinta estación me recuerda a cuando conocí a Raquel y encontré mi otra mitad, Antonio Orozco “Por momentos te echo de menos” me recuerda mi etapa de soltero despreocupado y golfo, pero inmensamente vacío…Cuando echaba de menos simplemente sentir.

Hay tantos y tantos… Parabellum, Distorsión, MCD, Reincidentes, Extremo, Platero, (germen de Fito, increible pero cierto) a nuestra etapa adolescente (y no tanto) más loca, más rebelde, más reivindicativa. ¿Dónde quedó todo aquello chicos? Ojala que nunca muera en nosotros aquella inquietud y aquella necesidad de revolución…Porque ese día habremos envejecido de verdad…Y no será de edad…
“Corazón de neón” de Orquesta Mondragón y “Sarri Sarri” de Kortatu a la chufla y la alegría desbordada de fiestas de Barakaldo, detrás de la barra.
U2 y “With or without you” , en cambio, me recuerda la otra parte. La del final de las fiestas del pueblo y todo lo que eso significa. Cuando toca recoger la carpa de nuestro pequeño y humilde circo y volver de ese paréntesis directos al planeta tierra después de una semana de FANTASÍA… (que voy a llorar) ;-(
“Pero sigo siendo el rey” a México lindo, “O vento” de Jota Quest a Cancún, Revolver a los kinitos en el Zara , MCD “En Barrenkalle” a las quedadas en el Bizkaigane de Iturribide,
Celtas Cortos “20 de abril” al instituto y aprender que los años te van dejando como poso algunas decepciones y pequeñas nostalgias…
“Mi nombre es Juan antonio Cortés” de La Frontera, porque él la tarareaba en Laredo cierto verano que me quedé de okupa en su casa a mi amigo Txino…
Los refrescos, “Aquí no hay playa” , Hombres G “Sufre mamón” , a los años dorados del colegio, y en cambio “Romper la voz” de Patrick Bruel a cuando todo eso tocó a su fin, acabamos el último curso en el colegio y nos tuvimos que hacer “mayores” casi por obligación…
Muchas canciones no sé verdaderamente ni porqué las asocio con ciertos momentos. Pero ellas están ahí. Sonando por debajo de cada recuerdo y de cada instante…
¿Y sabéis? Ahora que lo pienso quizás no recuerde todos esos momentos solo por lo especiales que fueron o solo por como me marcaron en cierto momento de la vida. Solo por haberlos vivido intensamente… Quizás los recuerde también y sobre todo por la música que los acompañaba…Por los grupos y las canciones…Por la banda sonora…Como en una película de cine…La de nuestras vidas.
César Fernández Rollán. 30 marzo 2010