El amor no está de moda. No se lleva. Y mentar el tema mucho menos.

Pastelón. Mariconadas. Así que lo que decía. Que el amor no está de moda. De hecho sale más rentable (socialmente hablando) y está más valorado todo lo que huele a polo opuesto. El rollito canalla. Ser (o aparentar que se es) un tipo duro, frío, un poco gualdrapa, con barbita de cuatro días, pose de malote y un pasado salpimentado con algún que otro capítulo oscuro del que poder renegar (cobarde, quien lo haga). Ya me entienden, algo de chicha que justifique todo ese constructo y esa imagen de rebelde sin causa. Todo muy del pelo de esta hornada de programas de televisión donde parece que los escotes hasta el ombligo, la proteína en bote de plástico, y la gomina se hayan comido toda la materia gris del personal. Véase ‘Gandía Shore’ , ‘MH y viceversa’, etc. ¡Cómo está el patio, señores y señoritas! Porque si eso es lo que mola, y esos son los referentes… Que Dios nos pille ‘confesaos’.
Pero a lo que iba. Que eso es, nos guste más o menos, lo que parece que está en la onda de las nuevas generaciones (y no tan nuevas) El rollito follamiguismo, promiscuidad sin teléfonos de sábado noche, etc. Relaciones light y de poca digestión que me atraganto. A lo loco. Algo de cariño de conveniencia, orgasmos express y los socorridos “aquítepilloaquítemato”. (hablo de oídas…que yo de esas cosas, oigan…npi…pero lo que es npi…)
Y el que suscribe, no es que reniegue de todo este libertinaje hedonista y de

esa vida ‘ligerita de cascos’ (que diría con mucho salero mi señora madre); sarna con gusto no pica y todo esto se lo comen los gusanos, ni que decir tiene. Pero rascando un poco en la superficie, y si me permiten la confesión en voz bajita y al oído, lo que uno anhela y lo que uno busca en realidad es salirse de ese guión ramplón. Pasar veinte pueblos de esa inercia de camas llenas y almas vacías y mandarla al carajo. “Volando voy volando vengo: por el camino yo me entretengo…” Sí. Guay. Unas cervezas y un polvo si procede de vez en cuando para acallar las necesidades de la carne (que no solo de literatura vive el hombre) pero sin aferrase a inercias que a uno le dejan igual que cuando empezó. Vacío y sólo. Ya me entienden. Sin fuegos artificiales (que diría mi amiga Esther de Barna)
Así que hoy me jactaré de seguir siendo un tipo raro. No digo diferente, digo raro. (véase Fito). Anacrónico si queréis. Pasado de moda de puertas para adentro. Golfo muchas veces; con barba de cuatro días cuando procede; y hasta con un currículum con ciertos callejones oscuros que daría mucho juego si nos ponemos… Pero no. No es eso lo que uno quiere. No es ese el barro en el que uno quisiera moverse.
Uno como tipo idealista irredento, inconformista patológico y medio gilipollas

las más de las veces , lo que busca es esa locura que se te va de las manos. Las explosiones químicas que ponen tu vida patas arriba. El descontrol. El estado permanente de babia. Y de vilo. La cara de memo. La luna de Valencia. El pecho partido. Yo quiero lo que no se lleva. Lo que no está de moda. Lo que no mola. Quiero el AMOR. Dure lo que dure. Me haga sonreír como un loco o llorar como un niño. Ese por el que te pasarías los días, las semanas y los meses sin dormir para no perderte ni un segundo de lo que pase. Ese chutazo de vida. Tan potente que aunque las historias mueran o los fuegos se apaguen, ya nunca se olvida… Y que siempre se anhela cuando no se tiene… Como una adicción.
No es fácil hoy en día. El mercado está jodido y son malos tiempos para la lírica. (nada nuevo). Muchos y cada vez más cortos ‘shorts’ , mucho escotazo, mucho batido de proteínas y mucha camiseta sin mangas, pero poca verdad… Mucha relación de postal y mucha comodidad y mucho noquererestarsolo. Mucha renuncia…
Así que algunos pocos locos ilusos y obstinados, seguiremos intentando no claudicar . Porque el solo hecho de saber (como sabemos quienes cierta vez lo encontramos) que está ahí fuera. En algún lugar. Esperando. En alguna mirada que se cruza… Ya le da sentido a la vida. No sé si a la de ustedes. Ni si a la de la generalidad. Pero me la pela. Porque a la mía, sí. Con todo lo bueno y todo lo malo.
No estará de moda. Pero muchos seguiremos creyendo que anda por ahí… A3MSC
PD - (“Y recuerden… Que en la literatura como en la vida todo puede ser verdad o todo puede ser mentira…El resto es simplemente producto de la mágica o trágica interacción entre las letras y sus vidas…”)