¿Habéis tenido alguna vez esa sensación de tener ganas de que algo termine de una vez, pero que cuando termina, tienes al mismo tiempo una especie de vacío interior inconsolable (además de un resacón monumental) y estás deseando que empiece de nuevo??

365 días y bajando…MUY GRANDE CHIC@S!!
Y no solo GRANDE por la intensidad de lo vivido, por las risas y por los buenos momentos, por las juergas y el dulce frenesí…Si no por toda esa ‘gentuza’ increíble y entrañable con quien la compartes. Dice un máxima que no es tan importante lo que vives como con quién lo vives. Que no son sólo los momentos y las experiencias lo que hace inolvidables o excepcionales las vivencias sino con quién las compartes. Y yo en eso me siento un privilegiado. Por poder compartirlas con gente como la que me rodea. Pata negra. Kalitatea.
Hoy creo que voy a llorar cuando quemen a MARIJAIA y queden oficialmente finalizadas las fiestas de Bilbao del presente año….Sí; seguro que alguna lagrimilla se me escapa…Han pasado demasiado rápido…Demasiadas emociones vividas para que se nos hayan escapado así de raudas y veloces…Como arena de playa entre los dedos…
Sí; definitivamente creo que lloraré…De felicidad y de pena a la vez…Difícil de entender, lo sé…Pero muchos comprenderéis de lo que hablo…No es sólo que se acaben las fiestas…Es mucho más…Solo el que salta a este terreno de juego y se deja la piel en el campo, lo sabe…
Lloraremos. Como cuando uno se iba el último día de aquellos campamentos o de las colonias de verano y se despedía de los camaradas, de los compinches, de los cómplices de gestas épicas en la piscina o de risas nocturnas en las literas y en los sacos de dormir… ¿Os acordáis? O como cuando se acababa el verano y cada uno volvíamos a casa, al cole, al insti, a los deberes, a las clases particulares, a las obligaciones, a la rutina…A la vida…
Y cuando sabíamos que aunque lo deseáramos con toda el alma, el fin de ese verano significaría a la vez el fin de muchas otras cosas más…Y nosotros, pobrecitos, sin poder impedirlo…Sufriendo de nostalgias y de adioses, como bellacos… Sufriendo por crecer un poco más cada verano…Y por empezar a ser un poco menos niños…Un poco menos Peter Panes y Campanillas…Un poco menos Goonies…Un poco más lejos de aquel tesoro del capitán pirata y de nuestra particular bahía de Goon…
Llorando desconsoladamente. A veces delante de todos. Después del abrazo o del beso de despedida. Después de la mirada última del amigo que se va, o de la sonrisa del que se queda; o de las mariposas en el estómago de ese amor de tu vida que duraba un verano y que de intenso, dolía… Otras veces, llorando a escondidas, en el viaje de vuelta, escuchando esa canción, banda sonora de las vacaciones en los walkman a pilas; presos de esa soledad inmensa y abismal que suponía el regreso; mirando por la ventanilla del coche del aita, o del autobús de línea que nos devolvía a la realidad… Sin poder para el tiempo…Sin poder para el reloj y congelar para siempre aquellas amistades, aquellos paisajes espléndidos de la niñez, aquellos amores arrebatados y hermosamente puros por lo inocentes; y toda aquella marea descontrolada y testosterónica de emociones al límite…Como si fuera a acabarse el mundo…Nuestro mundo…Y aquellas tantas primeras veces…

¿Os acordáis? Como tontitos…A lágrima viva….
Pues eso…Todo eso; solamente eso; y nada más y nada menos que eso…Es lo que se nos acaba una vez más, esta noche, señoras y caballeros; cuando quemen a Marijaia en las aguas del Nervión… Cuando todo lo vivido, y lo sentido, y lo bebido, y lo reído, y lo bailado, y lo cantado, y lo crecido…Ya sean solo cenizas…Y nostalgia…Y recuerdos…
Como arena entre los dedos…Y nosotros, pobrecitos, sin poder parar el tiempo…
SALVE MARIJAIA!!! Llena eres de gracia….Solo te pido salud para volver a verte el año que viene… Y volver a saltar al terreno de juego… 😉
PD- Discúlpenme ustedes la divagación y la nostalgia…Me pasa siempre que estoy feliz…O de resaca…
Salud, larga vida y buenos vientos.
César Fernández
28 de Agosto de 2011