«CARTA DE AMOR DESDE GAZA…»
Hola mi amor, mi vida, mi paz entre tanta destrucción…
¿Qué tal estás, ángel mío? Te escribo esta carta porque si esto continúa no creo que podamos vernos en un tiempo. O lo que es peor, ni siquiera sé si podremos volver a vernos algún día…Cada minuto que pasa y que me mantengo vivo es un milagro dadas las circunstancias.
Te escribo estas letras desde el aula donde duermo con mi familia, aquí en este

desangelado colegio de la ONU en el que nos hemos refugiado. Hace ya dos días que un proyectil destruyó por completo nuestra casa y los cascos azules nos trajeron aquí. Pero ni siquiera este lugar es seguro tal y como están las cosas, amor…Ayer atacaron un hospital justo aquí al lado…Los aviones no respetan nada…
Toda nuestra vida reducida a escombros, amor…
Ninguno hemos sufrido daños pero todo nuestro pasado, nuestros recuerdos, nuestra dignidad, estaban en ese hogar…Mi madre no ha dejado de llorar desde entonces. No se cuanto tiempo más durará todo esto. Ya llevamos dos semanas sufriendo los ataques indiscriminados y el cierre de las fronteras. El caos reina por todas partes…
Muchos de mis amigos han desaparecido. ¿Te acuerdas de Embarek? Hace tres días que su familia no sabe nada de él. Nos tememos lo peor.
No lo entiendo…No entiendo nada…
Solo veo muerte y sufrimiento a mi alrededor. Familias rotas, hogares destruidos, madres que buscan a sus hijos entre los escombros, hospitales desbordados…Locura y terror por todas partes mi amor. Me hacen tanta falta tus abrazos…Ahora más que nunca. Me haces falta tú…
No sabes cuánto te amo mi vida. Aunque vivas al otro lado. Aunque se empeñen en intentar convencerme de que eres mi enemiga. Para mí no eres diferente a nosotros. Tu piel se estremece como la mía cuando nos amamos, tu mirada es limpia y sencilla. Apenas nos separan unos kilómetros de tierra estéril por la que nuestros países se están matando. No entiendo nada…

¿Recuerdas? Nos conocimos en la frontera. Cuando todo estaba más calmado. Cuando esa verja maldita que nos separa permanecía abierta y los militares no nos tenían enjaulados como animales. Yo volvía con mi hermano mayor de comprar medicamentos para la diabetes de mi padre. Tú y tus amigas pintabais tanques de tiza en el muro de una casa atacada por Hamás. Y ya desde aquel día comenzó nuestro amor. Cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez. Nunca olvidaré aquella sonrisa tuya cómplice e inocente…Era la primera vez que yo sentía aquel intenso pero placentero dolor en el pecho. Aquella sensación desconocida e incontrolable…Mi corazón nunca más volvió a latir a su ritmo de siempre desde aquel momento. Tú lo aceleraste para siempre…
Después aquellos años de incertidumbre y sufrimiento viéndonos a escondidas ¿te acuerdas, amor? Hasta que me concedieron la beca para estudiar en Libia. Y regresé pensando que ya no estarías…Que una preciosa enfermera israelí como tú se habría casado y formado una familia. Pero tú esperabas allí. En el mismo lugar donde nos conocimos…
Todos estos años hemos vivido furtivamente nuestro amor. En silencio. En clandestinidad. Como si estuviéramos cometiendo algún delito aberrante. Utilicé una y mil veces los túneles subterráneos excavados bajo la tierra para pasar a verte. Pero hoy ni siquiera eso es posible amor. Las excavadoras del ejército israelí los han dejado todos destruidos e inservibles desde hace ya unos días. No tenemos escapatoria posible. Somos ratas enjauladas. No entiendo nada mi vida… ¿Acaso existe algo más digno de ser proclamado a los cuatro vientos que el AMOR?, ¿que nuestro amor?
Por eso hoy te escribo esta carta a pesar de que no sé si siquiera si algún día llegará a tus manos para que tú la leas…
Yo no sé a quién pertenece este pedazo de tierra que nos separa y por el que

nos estamos matando. Si esto es Palestina o es Israel. Pero, ¿sabes?, ya no me importa en absoluto… Me da lo mismo si esta tierra es santa o no. Lo único que sé es que está empapada de sangre…Y que por ella tú y yo estamos separados…Y que si es construido sobre todo este horror y sobre todos estos muertos, no merecerá nunca la pena ningún estado. Ni para vosotros ni para nosotros. Pero me niego a rendirme mi vida. Nuestro amor ha de ser más fuerte que toda esta destrucción sinsentido, amor. Por eso mantengo la fe. La fe en que todo esto termine algún día… En que nos permitan vivir sin tener que escondernos, sin verjas ni controles policiales, sin túneles clandestinos… Y que podamos formar una familia y criar a nuestros hijos en un mundo mejor. En un mundo en paz… No entiendo nada…Qué absurdo es todo, amor… Qué absurdo es todo…
Ahora he de despedirme. Los aviones vuelven…Escucho explosiones cerca…
Si esta carta llega a tus manos y yo ya no puedo estar para abrazarte, nunca me olvides mi vida… Ni siquiera la muerte podría acabar con este amor que siento…Ni siquiera la muerte…
Te quiere con toda su alma…Y para toda la eternidad… Insalah…
Salem Hatri